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Como la bitácora de un barco, vamos a compartir nuestra aventura en este blog y redes sociales. Seguínos!
CRUCE AL HEMISFERIO SUR // Crossing to the Southern Hemisphere
A fines de Agosto ya estábamos nuevamente en Gibraltar, para encarar un nuevo cruce Atlántico. Esta vez hacia el hemisferio Sur, cruzando el Ecuador. Sin duda fue el tramo más difícil de todos por varias razones, pero la mas importante fue cruzarnos con la Tormenta Tropical Nadine.
Bitácora #6: El desafío del segundo cruce Atlántico
A fines de Agosto ya estábamos nuevamente en Gibraltar, para encarar un nuevo cruce Atlántico. Esta vez hacia el hemisferio Sur, cruzando el Ecuador. Sin duda fue el tramo más difícil de todos por varias razones, pero la mas importante fue cruzarnos con la Tormenta Tropical Nadine.
El recorrido fue Gibraltar - Canarias - Cabo Verde - Noronha - Salvador de Bahia. En total, fueron 29 días de navegación (sin contar los días que nos quedamos en puerto o haciendo navegaciones cortas). Recorrimos más de 4.000 millas náuticas (7.400 km). Una característica de toda esta etapa fue la falta de tráfico (excepto en Gibraltar). No solo no veíamos veleros, sino que casi no veíamos tráfico comercial. Nos encontramos con un mar muy desértico.
La salida de Gibraltar no fue fácil. La combinación del tráfico, la fuerte corriente e inesperados vientos de hasta 50 nudos hicieron que no pasara desapercibido que estábamos volviendo a mar abierto. Una vez más, estábamos en el Océano Atlántico. Esas condiciones de viento, corriente y ola son muy demandantes porque quien esta de guardia tiene que estar muy atento.
Las Islas Canarias son un archipiélago español frente al Noroeste africano. Muy variadas en aspecto, algunas son más áridas y de origen volcánico, y otras tienen parques nacionales tropicales increíbles. Pasamos por Isla Graciosa, Lanzarote, Tenerife y La Gomera. Históricamente las Canarias han sido una parada estratégica para barcos transatlánticos, ya sea de exploración o comerciales. Hoy en día sigue siendo un punto de partida clave para veleristas que cruzan a Sta. Lucía en el Caribe. Nosotros íbamos más al sur (a Brasil) y sumado a que estábamos adelantados en la temporada de cruces, no conocimos mucha gente que fuera a hacer nuestra ruta.
Afortunadamente (y lamentablemente) no pude hacer el tramo entre Canarias y Cabo Verde, gracias a la invitación de NatGeo para contar nuestra experiencia en Sustainable Brands en Buenos Aires. Nacho y Sebas lo hicieron sin mí en dobles, y si bien se cruzaron con algunos vientos fuertes, no tuvieron inconvenientes y llevaron Fanky a buena velocidad. Igual estaban contentos cuando los encontré en Mindelo (Cabo Verde), porque dividir las tareas entre 3 es mucho menos agotador.
Mindelo fue el único destino africano de nuestra ruta. Fue muy interesante ver las diferencias culturales. Por ejemplo con el uso del plástico, si bien se veían muchos plástico de un solo uso (vasos, botellas, bolsas), también vi que naturalmente no lo usan tanto los locales, sino más bien los turistas. Además, me pareció ver una intención clara de reciclaje. Me encantaron sus cestos de basura hechos con barriles reutilizados, pintados en dos colores (azul y amarillo) distribuidos por las calles.
El tramo Mindelo - Noronha fue el más largo de este segundo cruce Atlántico, y además el más difícil. “Zarpamos rumbo a Noronha el 4 de octubre. Viento escaso. Mucha humedad. Rumbo sur, según lo recomendado. Cero barcos. Al 3er día empezaron los squalls (también conocidos como chubascos, aguaceros o chaparrones - un tipo de precipitación repentina de gran intensidad y fuertes vientos). Asi que spinnaker abajo (y todas las velas mas bien abajo). Rizos y foque achicado.” (notas del diario de viaje) Monitoreando los varios squalls que nos rodeaban, esquivamos varios, pero nos agarró más de uno con lluvia y vientos fuertes de entre 25 y 35 nudos. Al principio vino bien el agua fresca para limpiar la cubierta pegajosa de agua salada y para refrescar la creciente humedad del ambiente.
Pero la frecuencia e intensidad se incrementaban. Y nos preocupamos cuando empezó a soplar 30/40 y hasta rachas de 50 nudos de viento. Después de unas cuantas horas de mensajes satelitales a ayudantes en tierra y descargas de datos meteorológicos actualizados descubrimos que nos estábamos cruzando con el origen de la tormenta tropical Nadine. Después de 12 horas y habiendo cambiado rumbo 90 grados para evitarla, habiendo tenido que avanzar a motor, a palo seco (sin vela) o a la capa (mínima vela), empezamos a sentir que finalmente nos estábamos alejando del riesgo. Gracias inmensas a la ayuda de tierra, especialmente la de MatiZap y IñaReca.
El 10 de octubre el cielo finalmente empezó a aclarar de a ratos, aunque seguían cada tanto los squalls y lluvias aisladas. Lo peor ya había pasado. Para limpiarnos del estrés, decidimos meternos al agua. La sensación de saber que abajo habían 5.000 metros de profundidad es algo extrema. Pero valió la pena. Además, aprovechamos la “calma relativa” para tomar muestras de micro-plásticos. Mientras estábamos en plena sesión se largó nuevamente a llover y tuvimos que hacer toda la maniobra de subir el Manta Trawl a cubierta bajo la lluvia. La zona que estábamos atravesando no es típicamente una zona de concentración de plástico pero veremos que encontramos en las muestras.
Cruzar el Ecuador por primera vez es un momento memorable para un/a navegante. La tradición indica que el más experimentado a bordo se disfraza de Neptuno. Los marineros/as rinden homenaje y sus respecto al rey del mar con ofrendas varias y prendas. Este rito de iniciación transforma a un marinero inexperto en un hijos/as de Neptuno. En Fanky, minutos antes de cruzar la famosa línea imaginaria, subió a bordo Neptuno (Gracias Sebas!). Fue un momento de celebración, brindamos con champagne como ofrenda al rey y nos sentimos orgullosos por el reconocimiento a haber cruzado la latitud 0°0'0". Llegamos al Hemisferio Sur.
Tardamos 12 dias y noches para llegar a Fernando de Noronha, un archipiélago paradisíaco brasilero, todavía lejos del continente. Recorrimos la isla y nos preparamos para la siguiente y última parte del cruce. Los 3 días en Noronha ameritan un blog-post aparte, pero simplemente quiero aclarar que no fue tan sólo una parada técnica, sino un encuentro fuerte con la realidad marina: fauna y plástico.
La última etapa fue, en comparación con las otras, tranquila. Tardamos 5 días en llegar a Salvador de Bahía. Fanky siguió bajando la costa brasilera y llegará pronto a Uruguay. Pero para nosotros, éste fue el final de esta etapa y también el final de la travesía de navegación desde Nueva York. Una exploración llena de aprendizajes, una experiencia de vida y una aventura oceánica inolvidable.
Log # 6: The second Atlantic crossing challenge
At the end of August we were again in Gibraltar, to face a new Atlantic crossing. This time to the Southern Hemisphere, crossing the Equator. Undoubtedly, it was the most difficult stretch of all for several reasons, but the most important was crossing with the Tropical Storm Nadine.
The tour was Gibraltar - Canary Islands - Cape Verde - Noronha - Salvador de Bahia. In total, there were 29 days of navigation (not counting the days that we stayed in port or doing short navigations). We traveled more than 4,000 nautical miles (7,400 km). A characteristic of this whole stage was the lack of traffic (except in Gibraltar). Not only did we not see sailboats, but we saw almost no commercial traffic. We find ourselves with a very desert sea.
The departure from Gibraltar was not easy. The combination of traffic, strong current and unexpected winds of up to 50 knots made it not go unnoticed that we were returning to the open sea. Once again, we were in the Atlantic Ocean. These conditions of wind, current and wave are very demanding because who is on duty must be very attentive.
The Canary Islands are a Spanish archipelago off the African Northwest. Very varied in appearance, some are more arid and of volcanic origin, and others have incredible tropical national parks. We passed by Isla Graciosa, Lanzarote, Tenerife and La Gomera. Historically the Canary Islands have been a strategic stop for transatlantic ships, either exploration or commercial. Nowadays, it is still a key starting point for sailors crossing St. Lucia in the Caribbean. We went further south (to Brazil) and, in addition to being ahead of schedule in the crossing season, we did not meet many people who were going to make our route.
Fortunately (and unfortunately) I could not do the stretch between the Canary Islands and Cape Verde, thanks to the invitation of NatGeo to tell our experience in Sustainable Brands in Buenos Aires. Nacho and Sebas did it without me in doubles, and although they crossed with some strong winds, they did not have problems and they took Fanky at a good speed. Maybe they were happy when I found them in Mindelo (Cape Verde), because dividing the tasks by 3 is much less exhausting.
Mindelo was the only African destination on our route. It was very interesting to see the cultural differences. For example, with the use of plastic, although there were many plastic single-use (glasses, bottles, bags), I also saw that naturally not so much used by locals, but rather tourists. Also, I thought I saw a clear intention of recycling. I loved their trash cans made with reused barrels, painted in two colors (blue and yellow) distributed through the streets.
The Mindelo - Noronha section was the longest of this second Atlantic crossing, and also the most difficult. "We set sail for Noronha on October 4. Scarce wind. A lot of humidity. Southbound, as recommended. Zero boats. On the 3rd day the squalls began (also known as squalls, downpours or showers - a type of sudden heavy precipitation and high winds). So spinnaker down (and all the candles rather down). Curls and jib shrink. "(Travel log) Monitoring the various squalls that surrounded us, we dodged several, but we caught more than one with rain and strong winds between 25 and 35 knots. At first the fresh water came in handy to clean the sticky saltwater cover and to cool the growing humidity in the environment.
But the frequency and intensity increased. And we were worried when it started blowing 30/40 and up to gusts of 50 knots of wind. After a few hours of satellite messages to ground helpers and updated weather data downloads we discovered that we were crossing with the origin of Tropical Storm Nadine. After 12 hours and having changed course 90 degrees to avoid it, having had to advance to motor, to dry stick (without sail) or to the layer (minimum sail), we began to feel that finally we were moving away from the risk. Immense thanks to the help of land, especially that of MatiZap and IñaReca.
On October 10, the sky finally began to clear up at times, although the squalls and isolated rains continued every so often. The worst was over. To cleanse ourselves of the stress, we decided to get into the water. The feeling of knowing that down there were 5,000 meters deep is something extreme. But it was worth it. In addition, we take advantage of the "relative calm" to take samples of micro-plastics. While we were in session it started again to rain and we had to do all the maneuver to raise the Trawl Manta on deck in the rain. The area we were going through is not typically a plastic concentration zone but we'll see what we find in the samples.
Crossing Ecuador for the first time is a memorable moment for a navigator. Tradition indicates that the most experienced on board is disguised as Neptune. The sailors pay homage and their respect to the king of the sea with various offerings and garments. This rite of initiation transforms an inexperienced sailor into a son / daughter of Neptune. In Fanky, minutes before crossing the famous imaginary line, he climbed aboard Neptune (Thanks Sebas!). It was a moment of celebration, we offered champagne as an offering to the king and we are proud of the recognition of having crossed the latitude 0 ° 0'0. "We arrived in the Southern Hemisphere.
It took us 12 days and nights to get to Fernando de Noronha, a Brazilian paradisiacal archipelago, still far from the continent. We toured the island and prepared for the next and last part of the crossing. The 3 days in Noronha merit a separate blog post, but I simply want to clarify that it was not just a technical stop, but a strong encounter with the marine reality: fauna and plastic.
The last stage was, in comparison with the others, quiet. It took us 5 days to get to Salvador de Bahía. Fanky continued down the Brazilian coast and will soon arrive in Uruguay. But for us, this was the end of this stage and also the end of the navigation journey from New York. An exploration full of learning, an experience of life and an unforgettable ocean adventure.
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EXPERTOS EN EUROPA // Experts in Europe
El objetivo principal de la exploración en esta fase, en Europa, tuvo que ver con conocer expertos trabajando en soluciones al problema de la basura plástica. Aprendimos de la importancia de la colaboración, el diseño de incentivos y la fuerza de la educación.
Bitácora #5: Entrevistando Expertos en Europa
El objetivo principal de la exploración en esta fase, en Europa, tuvo que ver con conocer expertos trabajando en soluciones al problema de la basura plástica. Recorrimos distintos lugares en el Mediterráneo, a bordo de Fanky. Estuvo muy bueno el desafío de navegar en dobles cuando no estábamos recibiendo visitas. Pero también aprovechamos la cercanía para viajar en avión a visitar distintas ciudades como Londres, Oslo y Madrid, y aprender qué está pasando ahí con los plásticos.
Los expertos entrevistados incluyen investigadores del problema de plásticos en océanos de las Universidades de Azores y Cadiz. Hablando con ellos aprendimos, no sólo sobre la gravedad del asunto, sino sobre la dificultad de recolectar datos sobre la contaminación plástica en océanos. Muchos expertos coinciden que los peores efectos de la contaminación plástica todavía están por conocerse. Pero es claro que no podemos esperar a los tiempos de la ciencia para reaccionar y trabajar en, por un lado en remediar el problema, y por otro en evitar seguir generando más contaminación.
Nos reunimos con empresas que se ocupan de la recuperación de valor descartado a escala industrial mediante la gestión de residuos de envases en España (Ecoembes) y Noruega (Punto Verde). Estas empresas trabajan de la mano de los productores y los gobiernos, en el marco de Leyes de Responsabilidad Extendida. En la Unión Europea hay fuertes regulaciones que obligan a los países miembro a reducir la generación de basura a través de estas leyes. Si bien la adaptación en cada país varía, a rasgos generales funcionan parecido: el productor paga por la futura gestión responsable de ese envase a una empresa sin fines de lucro que se ocupa de recuperar el valor desechado evitando que termine como basura. Es interesante ver cómo se alinean los incentivos de los distintos actores en estos esquemas de responsabilidad extendida, y cómo todos buscan optimizar la eficiencia en la recuperación de descartes. Estos esquemas han probando dar buenos resultados, subiendo dramáticamente las tasas de recuperación de descartes reciclables.
Tuvimos oportunidad de conocer distintas iniciativas que se anclan fuertemente en la colaboración de múltiples organizaciones. Un buen ejemplo es la iniciativa One Less Bottle en Londres, que busca reducir el uso de botellas plásticas descartables en la ciudad. #OneLess no es simplemente una campaña, es un esfuerzo colectivo, meticulosamente planificado y coordinado. Su objetivo no es tan sólo crear conciencia, sino generar cambios culturales permanentes, y por eso son claves la planificación y coordinación de los esfuerzos de colaboración. Cada organización que forma parte aporta desde su área de expertise, algunas desde la investigación científica, el entendimiento de legislación relacionada, o la planificación estratégica, y otras se enfocan en la coordinación, comunicación y ejecución de estrategias que pueden ser de prensa, política o empresas.
También conocimos proyectos de educación, como Loop.no en Oslo o Centre de la Platja en Barcelona, que con enfoques distintos, buscan transformar el conocimiento en acción. La educación ha sido una palabra clave mencionada por la mayoría de los expertos consultados sobre cuáles son las acciones clave para solucionar este problema. Aprendimos de varias organizaciones sobre cómo trabajan con distintas estrategias para generar conciencia y diseminar información sobre la problemática y las acciones en la vida cotidiana para aportar a una solución.
Las entrevistas, y el mapeo de soluciones y acciones efectivas continúan a la distancia. Hay mucho para aprender, y queremos entender las miradas de los distintos actores del sistema, expertos, innovadores, generadores de cambio. Seguiremos compartiendo este recorrido y estamos abiertos también a recibir sugerencias, ideas, contactos de expertos o iniciativas relacionadas que deberíamos conocer. Si tenes ideas, escribinos!
Logbook #5: Interviewing experts in Europe
The main objective of the exploration during this phase, Europe by sea and land, had to do with interviewing experts working on solutions to the problem of plastic pollution. We toured different places in the Mediterranean, aboard Fanky. The challenge of navigating in doubles was fun when we were not receiving visitors. But we also took advantage of the proximity to travel by plane to visit different cities such as London, Oslo and Madrid, and learn what is happening there with plastics.
The experts interviewed included researchers on the problem of plastics in oceans at the Universities of Azores and Cadiz. Talking with them we learned, not only about the seriousness of the matter, but also about the difficulty of collecting data on plastic pollution in the oceans. Many experts agree that the worst effects of plastic pollution are still to be known. But it is clear that we can not wait for the timeframe of science to react and work on mitigating and avoiding plastic ocean pollution.
We met with companies that recover the discarded value at industrial scale through the management of packaging waste in Spain (Ecoembes) and Norway (Green Point). These companies work hand in hand with producers and governments, within the framework of Extended Responsibility Laws. In the European Union there are strong regulations that force member countries to reduce the generation of garbage through these laws. Although the implementation in each country varies, in general terms they work similarly: the producer pays for the future responsible management of that container to a non-profit company that deals with recovering the discarded value avoiding that it ends up as garbage. It is interesting to see how the incentives of the different actors are aligned in these schemes of extended responsibility, and how all seek to optimize the efficiency in the recovery of discards. These schemes have proved to provide good results, dramatically increasing the recovery rates of recyclables.
We had the opportunity to learn about different initiatives that are strongly anchored in the collaboration of multiple organizations. A good example is the One Less Bottle initiative in London, which seeks to reduce the use of disposable plastic bottles in the city. #OneLess is not simply a campaign, it is a collective effort, meticulously planned and coordinated. Its objective is not only to create awareness, but also to generate permanent cultural changes, and that is why the planning and coordination of collaborative efforts are key. Each organization that is part contributes from its area of expertise, some with scientific research, the understanding of related legislation, or strategic planning, and others focus on the coordination, communication and execution of strategies, which can be press, politics or business.
We also met education projects, such as Loop.no in Oslo or Center de la Platja in Barcelona, which with different approaches, seek to transform knowledge into action. Education has been a key word mentioned by most of the experts consulted on what are the key actions to solve this problem. We learned from several organizations about how they work with different strategies to raise awareness and disseminate information about the problem and actions in daily life to contribute to a solution.
The interviews, as well as the mapping of effective solutions and actions continue at a distance. There is so much to learn, and we want to understand the views of the different actors in the system, experts, innovators, change-makers. We will continue sharing this journey and we are also open to receive suggestions, ideas, contacts of experts or related initiatives that we should know. If you have ideas, let us know!
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LLEGAR AL VIEJO CONTINENTE
Después de una semana en Azores, esperando que pasara un frente de tormenta, zarpamos para el último tramo del cruce Atlántico. Llegar a Europa continental fue un gran desafío para Fanky y su tripulación y estamos sobre todo, agradecidos.
Bitácora #4: Llegar al viejo continente
Azores nos fascinó por sus particulares visitantes: veleros y navegantes de todo el mundo con sus mil historias. Y además, por su especial conexión con el mar y la vida marina. Históricamente cazadores de ballenas, hoy se dedican a protegerlas.
Conocimos y entrevistamos a Noelia Ríos, española radicada en Horta hace 3 años dedicada a investigar para el Instituto de Investigación Marina de la Universidad de Azores cómo los plásticos están afectando a ballenas y otros animales típicos de la zona. Hablando con ella aprendimos que la mayoría de los residuos encontrados en el fondo marino son de plástico y una gran parte son descartes asociados a la pesca, como redes desechadas. Quedamos muy sorprendidos de cómo la mala gestión de desechos pesqueros, puede afectar su fuente de recursos, los peces.
Pasamos una semana en Azores. Un frente de tormenta demoró nuestra salida por tres días, para esperar una buena ventana de tiempo. Y bien que lo hicimos porque al segundo día de pasaje se rompió nuevamente el piloto automático (esta vez otra parte del sistema: el brazo hidráulico). Dudamos si volver o no, porque sería mucho esfuerzo timonear a mano 24hs por los próximos 5 días, pero decidimos hacerlo. Éramos 4 y tomamos turnos de 2/3 horas, ya que es muy demandante. Pero el viento ayudó y llegamos Lagos, Portugal al 6to día en el mar.
Pasar días en el mar ayuda a leer, escribir, reflexionar. Tantos días alejados del teléfono y la computadora (y de todo lo que nos conectamos a través de estos dispositivos), dan mucho tiempo para otras cosas. A veces está bueno no estar tan “conectados” y en cambio conectarnos con la naturaleza. Y aunque costó unos días bajar el ritmo, es sin duda una de las mejores cosas del cruce. Increíblemente, la mente se ocupa de mantenernos entretenidos con recuerdos, ideas y reflexiones.
Por ejemplo, me puse a pensar cómo un barco es un sistema relativamente cerrado y con recursos muy limitados. La eficiencia en el consumo de estos recursos es algo muy importante: alimentos, electricidad, gas para cocinar, combustible. Todos estos recursos son escasos a bordo (aunque calculados con algo de margen para los cruces, son limitados) y toda la tripulación sabe que tiene que cuidarlos mucho. Otro tema son los residuos, que a excepción de los orgánicos, se guardan lo más limpios y compactos posibles hasta llegar al siguiente puerto. Con lo cual: nada entra y casi nada sale del sistema. Me pareció muy interesante pensar cómo en realidad, a otra escala completamente distinta, estamos en la misma a nivel planeta. Aunque lamentablemente no toda la tripulación esta consciente de esto todavía.
Llegar a Europa continental fue un gran desafío para Fanky y su tripulación. Todavía nos faltaban algunas millas para llegar a Gibraltar, nuestro destino de esta primera etapa. Pero, decidí aprovechar para irme a Londres, a una conferencia organizada por Ellen MacArthur Foundation sobre ideas innovadoras disruptivas. Y tuve oportunidad de conectarme con distintas organizaciones trabajando en el tema plásticos. (Ya contaré más en otro blogpost.)
Volvimos y salimos con Fanky rumbo a Cádiz. Si bien las distancias ahora son más cortas, hay mucho más tráfico marítimo. Además, ahora somos sólo dos a bordo y hay más responsabilidades y trabajo para cada uno. Llegamos al puerto de Cádiz de noche, pero gracias a la buena señalización de boyas y la luna casi llena, no fue un problema. Disfrutamos la ciudad recorriéndola con nuestras bicis plegables. Y aproveché para conocer a Andres Cozar, de la Universidad de Cadiz, cuyos estudios sobre fuentes de contaminación plástica en océanos fueron parte de la reciente edición especial de Revista National Geographic sobre plástico. (También contaré más en el próximo blogpost.)
Y finalmente llegamos a Gibraltar, cuidadosos con la cantidad de tráfico comercial de la zona y fascinados por estar cruzando el famoso estrecho que conecta el Atlántico con el Mediterráneo. Recorrimos la ciudad, que es un lugar muy único: una partecita de Inglaterra en el extremo sur de España. Estamos felices de haber llegado. Y agradecidos de todas las personas que nos ayudaron a lograrlo. Después de 27 días en el océano (56 desde el comienzo de la travesía), 3.700 millas náuticas, llegamos desde Nueva York a Gibraltar. Y ahora se viene la nueva fase: explorar Europa por mar y tierra.
CRUZAR EL ATLÁNTICO // Atlantic Crossing
Ahora sí llegó el momento: a cruzar el Atlántico. De Bermuda a Azores hay 1,800 millas náuticas (3,333 km). Azores es un archipiélago portugués que queda aprox a 3/4 de camino de Estados Unidos a Europa. Es una parada obligada de marinos desde los tiempos de Colón. Y sigue siendo un puerto lleno de barcos y navegantes de todas partes del mundo. Muy único e increíble!
Bitácora #3: Cruzar el Océano Atlántico Norte
Ahora sí llegó el momento: a cruzar el Atlántico. De Bermuda a Azores hay 1,800 millas náuticas (3,333 km). Azores es un archipiélago portugués que queda aprox a 3/4 de camino de Estados Unidos a Europa. Es una parada obligada de marinos desde los tiempos de Colón. Y sigue siendo un puerto lleno de barcos y navegantes de todas partes del mundo. Muy único e increíble!
Pero todavía estábamos en Bermuda preparándonos para salir. Una de las primeras tareas al llegar a puerto, es hacerse cargo de los residuos generados durante el tiempo en el mar. Obviamente, sólo lo 100% orgánico y compostable se puede tirar al agua, y el resto se acumula hasta llegar a puerto. Me llamó mucho la atención descubrir que en Bermuda sólo recuperan metal y vidrio. El resto, incluyendo el plástico, va a una planta de incineración. Sin embargo, por otro lado, no encontramos basura plástica a simple vista en la calle, ni en las playas.
Previo a soltar amarras necesitábamos hacer algunas reparaciones. La más importante (y demandante) fue la del piloto automático. No tenerlo implicaría tener que tomar turnos en guardias mucho mas desgastantes y cansadoras. Conseguimos que Pablo, tripulante que se sumaba volando desde USA, traiga las nuevas partes. Instalar y calibrar un piloto automático no es nada simple. Pero después de un día entero de trabajo en equipo (y ayuda telefónica de un experto en el tema- Zorzo) terminamos la instalación. Cuando le dimos corriente y funcionó, no lo podíamos creer. Agotados, nos fuimos a descansar para salir temprano al día siguiente.
Estimábamos que nos llevaría entre 15 y 20 días llegar a Azores desde Bermuda. Era el tramo más largo de la ruta. Y también más incierto con respecto a las condiciones meteorológicas. El pronóstico aparentaba ser bueno, pero no tiene más alcance (confiable) que una semana. Las características de esta ruta en esta época del año son muy cambiantes. Tendríamos que estar muy atentos para no ser sorprendidos por una tormenta o un frente frio (mucho viento).
Los primeros 3 días fueron de calma total. El mar parecía un espejo y el cielo se reflejaba idéntico, mostrando unos paisajes que no se pueden creer. Por otro lado, estos fueron los días que más plástico vimos. A cada rato veíamos a simple vista otro pedazo de plástico de entre 10 y 30cm, de algún objeto irreconocible. En algunos casos nos acercamos y nos impresionó la cantidad de vida que se acumula en y alrededor de esta basura plástica. Posiblemente estos seres vivos se acercan en busca de alimento, y engañados terminan ingiriendo no sólo plástico sino los químicos tóxicos que este material atrae en las condiciones marinas. Además, aprovechamos la calma para tomar muestras de microplásticos, usando el dispositivo que nos facilitó el Instituto 5 Gyres. Documentamos nuestros hallazgos y sus resultados se sumarán al reporte que presentaremos al final de la expedición.
Al cuarto día, salimos de la calma y empezamos a tener viento de popa que nos llevaba a un promedio de 6 nudos. No nos podíamos quejar. Veíamos delfines casi todos los días; a veces hasta dos veces por día. Se ve que les encantaba venir a la proa de Fanky a saltar y cruzarse de lado a lado. A veces de a 10 o 15, mas bien pequeños - no más de 1.5mts. Nos acompañaron casi todo el camino, hasta unos días antes de llegar a Azores.
Pero el premio al acompañamiento de nuestra travesía se lo llevan las “fragatitas” (también conocidas como carabela portuguesa). Sin duda el animal que más vimos a lo largo de todo el camino. Las “fragatitas” son un tipo de meduza que tiene una especie de aleta vertical gelatinosa que sale a la superficie, como vela para navegar. Es increíble. Incluso los días de viento fuerte y olas las veíamos navegando contra viento y marea, tumbándose con las olas una y otra vez y levantándose para seguir su navegación. Son como unos mini barquitos, las más grandes que vimos serían de 15cm. Pero son muy vistosas porque son transparentes con el borde en tonos azules y rosados que reflejan con la luz. Más de una vez me las confundí con plástico, porque se ven como una botella de plástico abollada. Tristemente, me imagino cómo se confundirán sus depredadores (tortugas y pulpos)!
Además de animales, durante la segunda semana en el mar, a medida que nos empezábamos a acercar a Azores, nos cruzamos con algunos pocos barcos y nos hicimos algunos amigos. Si, si, en el medio del Océano Atlántico. La realidad es que después de muchos días en altamar, cuando aparece un barco en el radar te dan ganas de hablarles (sobre todo a nuestro capitán). Y así conocimos a José Antonio, o Vagabundo (como le decíamos por el nombre de su barco). Vagabundo es un español de Almería que estaba viajando sólo en su velero. Sólo! Después descubrimos que hizo este cruce más de 10 veces y que es un personaje conocido en el mundo de los navegantes oceánicos. También conocimos a dos familias holandesa que iban con sus hijos pequeños, quienes sorprendentemente también colaboran con las tareas del barco y hasta hacen guardias.
En un momento, al día 9 de navegación, vimos en el horizonte un velero más grande que nosotros. Por alguna razón no nos pasaba, aunque debería ser más rápidos que nosotros por su tamaño. Tampoco respondía a las llamadas por radio, ni figuraban en AIS (sistema para ver otros barcos). Estuvimos 3 días viéndolos en el horizonte detrás nuestro. Ya empezábamos a preocuparnos cuando se empezaron a acercar, hasta que nos llamaron por el radio (que al parecer no les andaba bien). Nausicca llevaba a bordo 4 franceses, dos parejas jóvenes. Nos acercamos tanto que quedamos a metros de distancia. Nos sacamos fotos de barco a barco, compartir música y alguna anécdota por radio VHF. Según nos contaron, tenían rotas las luces de navegación y por eso nos seguían los pasos tan de cerca - por seguridad.
Los últimos días fueron bastante más movidos. El viento aumentó y se puso de frente; la ola creció hasta unos aprox. 3 mts y se combinó con otra que venia del costado. Dos noches antes de llegar tuvimos un incidente. Eran las 3am y Pablo estaba de guardia; el resto dormíamos. De repente: PUM! Le dimos a algo, el barco se frena por un momento, y sigue. Todos nos despertamos. ¿qué pasó? ¿qué fue eso? Nos chocamos una ballena. Pablo, que estaba de guardia, nos contó que después del golpe, vio a la ballena sacudiéndose como a quien molestan mientras duerme y alejándose en el horizonte desde nuestra popa. En navegación, uno se va acostumbrando a muchos ruidos y movimientos: chirridos de los materiales del barco que se esfuerzan, de las olas que golpean fuerte en el casco y el constante movimiento tridimensional a veces exacerbado por olas más grandes que te obligan a ir siempre agarrado. Pero la sensación de un golpe seco en el medio del mar te deja helado. Habiendo leído historias de ballenas atacando barcos después de ser molestadas (a lo Moby Dick), todos nos quedamos bastante preocupados y con temor de que vuelva para atacarnos. Por suerte, no fue más que un gran susto!
Después de casi 13 días en el mar, llegamos a Azores, al puerto de Horta. Horta es un lugar muy único en donde navegantes de todo el mundo se encuentran en un icónico bar (Peters) a escuchar música en vivo, tomar Gin & Tonic y compartir anécdotas. Ahí nos fuimos encontrando uno a uno con nuestros amigos del mar, y nos abrazamos como si fuéramos viejos amigos. Por suerte, no teníamos mayores reparaciones que hacer en Horta, así que aprovechamos para descansar de las casi dos semanas en altamar y prepararnos para el siguiente tramo que nos llevaría hasta Europa continental.
Logbook #3: North Atlantic Ocean Crossing
Now the moment of the truth: the crossing to the Atlantic Ocean. There are 1,800 nautical miles from Bermuda to Azores. Azores is a Portuguese archipelago located at approximately at 3/4 the distance between US and Europe. It is a “mandatory” stop for all sailors, since the era of Colon. And today it continues being a special port full of sailboats and sailors from all over the world. A very unique place!
But we were still in Bermuda preparing to cast off. One of the first duties when we get to a port is to dispose all waste and recyclables generated during the time at sea. Only the 100% organic and compostable can be thrown into the water; the rest has to be stored until you get to port. I was very surprised to learn that in Bermuda, they only recover metal and glass for recycling, while the rest - including plastics - is incinerated. On the other hand, we have not seen litter on the streets, water or beaches.
Before setting sail, we needed to do some repairs. The most important (and demanding) was the autopilot. Not having it would mean to steer 24/7, taking turns, and that would be exhausting. Thankfully, Pablo, a new crewmember who was joining us from the US, brought with him the parts that we needed. To install and calibrate an autopilot is not as easy as it sounds. After a day of team work (plus the help of an Argentine expert on this - Zorzo) we finished the installation. When we turned it on and it worked, we couldn’t believe it. We went to sleep very tired to rest well before departure the following day.
We estimated that we would need between 15 and 20 days to get to Azores from Bermuda. It was the longest leg of the route, and also the most uncertain in terms of weather. The forecast seemed good for the first week, but then we downloaded the updates for the second week during the crossing via satellite. The conditions of this route are usually variable. We would have to be very alert to avoid being cough by a storm or cold front.
The first 3 days were totally calmed. The sea looked like a mirror and the sky was reflected on the water as a picture. On the other hand, those were the days we saw more plastic. Very frequently we would see relatively large pieces of plastic (between 4 and 12 inches), of different unrecognizable objects. In occasions we would approach this debris and we were very surprised by the life that accumulates around this plastic waste. Possibly, this animals confuse these with food and they end up eating, not only plastic, but the toxic chemicals that this material attracts when is at sea.
We also used this calm water to take samples of microplastics, using the device that the 5 Gyres institute gave us, under the Citizen Scientist program. Following their protocol, we documented the findings for them to include in their dynamic map of ocean plastic. We will also report our findings after the exploration phase.
We got out of the calm zone on day 4 and with the wind in our backs we were going at 6 knots. We couldn’t complain. We saw dolphins almost every day, sometimes even twice a day. In seems they love playing with Fanky, jumping and moving from one side to the other. Sometimes they were 10 or 15 dolphins, usually small (of about 5 foot). They were great company along the passage, until we were getting to Azores.
But the award to the good companion of our journey goes to the “Portuguese carabela”. No doubt, the animal we saw the most along the way. This type of jellyfish has a special ALETA that goes above the surface and allows them to sail. It is really amazing. Even the days with more wind and sea-state, we saw them fighting against it. They are like mini sailboats, the largest we saw ere 6 inches. But it easy to see them because of their jelly sails with blues and pinks that reflect light. Often times I thought they were a piece of plastic, because they look very similar to a plastic bottle. Sadly, I imagine how confused their depredator would be (turtles and octopuses).
In addition to animals, during the second week at sea, as we approached Azores, we started seeing other boats in the radar, and we made friends. Yes, in the middle of the Atlantic Ocean. The reality is that after many days at sea, when you see someone in the radar you want to talk to them. That is how we met José Antonio, o Vagabundo (Vagabond) like his boat´s name. He is from Alicante, Spain, and has been sailing alone. Alone! Later we discover that he did the Atlantic crossing more than 10 times, and is a well known character among oceanic sailors. We also met two dutch families that were traveling with their little kids, who surprisingly also collaborate with the duties on board, and are even responsible of some shifts.
At one point, day 9, we saw in the horizon a sailboat, larger than ours. For some reason it was not reaching us, although it should have, given its size. They were not answering our radio calls, nor showed up in our AIS (system to see other boats on the chart plotter). We started to worry when they started to approach us. Once closer, they called us on the radio (apparently it didn’t work well). Naussica was the name of the boat and its crewmembers were two French young couples. We immediately connected. We approached so close we were only a few meters from each other. We took each other pictures, shared music and some anecdotes via VHF radio. They told us that their navigation lights were broken and that is why they were staying so close to us - for safety.
Two nights before getting to Azores, we had an incident. It was 3am and Pablo was on watch; the rest of us were asleep. Suddenly: PUM! We hit something; the boat almost stops for a moment and then continues. We all woke up. What happened? What was that? We hit a whale! Pablo, who was on deck, told us that he saw it in our stern, moving like if it was just woken up, and then swimming away in the horizon. Sailing for days, one gets used to the different noises and movements: the squeaking of the stressed materials of the boat, the waves hitting hard the hull, and the constant tridimensional movement sometimes altered by a bigger wave that forces you to always be grabbed to something. But, the feeling of a crash in the middle of the night is scary. Not only this, but we were also worried about the whale coming after us (a la Moby Dick). Luckily, nothing happened to Fanky, the whale did not come after us, and it was clearly not a strong hit for the whale as it was for us.
After almost 13 days at sea, we arrived to Azores, the port of Horta. Horta is a very unique place where sailors from all over the world get together at this iconic bar (Peters), to listen to live music, drink Gin & Tonic and share anecdotes. In Peters we met one by one our friends from the sea, and we hugged as if we were old time friends. Fortunately, we did not have major repairs to do, so we rested as much as we could after almost two weeks at sea and we prepare for the following leg, which would take us to continental Europe.
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PRIMERA NAVEGACIÓN OCEÁNICA // First Oceanic Leg
Las últimas semanas antes de zarpar en New York fueron muy ocupadas (y algo estresantes). Tuvimos imprevistos, algunos encargos se retrasaron y tuvimos que ajustar un poco los planes… // The last weeks before we set sail in New York were very busy (and somewhat stressful). We had unforeseen events, some orders were delayed and we had to adjust our plans a bit.
Bitácora #2: Primera Navegación Oceánica y Primer Muestreo
Las últimas semanas antes de zarpar en New York fueron muy ocupadas (y algo estresantes). Tuvimos imprevistos, algunos encargos se retrasaron y tuvimos que ajustar un poco los planes. Un marinero de Britannia que conocimos nos dijo: “uno hace planes para que Dios se ría”. Y navegar es un poco así, uno planifica para después adaptarse a las circunstancias y cambiar lo planeado.
En principio, el plan era navegar hacia el sur, hasta Virginia, para sumarnos a una pequeña flota de barcos que salían para Bermuda el 5 de Mayo. Pero finalmente decidimos ir directo desde New York. Estudiando la ruta, dimos con un experto en la corriente del Golfo, Frank Bohlen. Nos encontramos con él en la Universidad de Yale y pasamos una tarde aprendiendo el comportamiento de esta fuerte corriente de agua cálida que va hacia el Norte desde el Caribe. Tiene un ancho de aprox. 100km, y sus efectos sobre el clima pueden ser muy potentes. Por suerte, al momento de atravesarlo, las condiciones ayudaron y el cruce fue tranquilo. Además, Frank nos acompañó todo el tiempo por mensajes satelitales. Fue genial tener a un experto casi a bordo. Gracias, Frank!
Volviendo a la línea de largada, en medio de las corridas previas, crecía mi entusiasmo por lo que estábamos por hacer. No sólo con el desafío de cruzar el océano navegando, sino por las objetivos que nos planteamos con Unplastify. Un día me puse a reflexionar sobre la contradicción de estar subiéndonos a un barco de plástico para dar un mensaje desplastificador. Fanky tiene mucha madera, adentro y en cubierta, pero está fundamentalmente hecho de plástico reforzado con fibra de vidrio. La realidad es que si bien los barcos de madera se ven bien, requieren muchísimo mantenimiento y pintura. Un barco de madera que no está bien mantenido se puede tornar muy peligroso cuando se pudre la madera. En la náutica hay mucho plástico y tiene que ver con la impermeabilidad y resistencia, que a su vez tiene que ver con la durabilidad y seguridad. Esto me ayuda a entender que el problema no esta en el material plástico en sí, sino el su uso, abuso y “descartabilidad”. En este caso, gracias a que Fanky es de plástico, que podemos estar haciendo esta travesía oceánica con seguridad.
El día de salida fue 3 días mas tarde de lo planeado. Salimos al atardecer del 8 de mayo de New York. Al ratito de salir anocheció, y ya desde el principio había bastante ola cruzada. Creímos se calmaría al llegar a aguas profundas, pero no. La primer noche fue dura, con mucha ola, frio y lluvia. Toda la tripulación estuvo mareada las primeras 24 horas, sin poder probar bocado. Y costo como otras 24 horas volver a la normalidad después del sacudón de la primera noche. Al tercer día empezamos a tener mejores caras a medida que el clima fue mejorando gradualmente. Olas mas bajas y espaciadas, sol y viento en popa. El tiempo siguió mejorando día a día.
Aprovechamos la calma de los últimos días para tomar muestras. Veíamos el agua cristalina y pensábamos que no encontraríamos nada, pero nos llevamos una sorpresa. Bajamos el trawl de 5 Gyres al agua por dos horas. Fue impresionante ver la cantidad de piezas chiquitas de plástico mezcladas con algas, meduzas, cangrejitos y otros seres vivos. A simple vista ya se podían ver un montón de partículas coloridas entretejidas con los seres vivos de la muestra. Después analizar la muestra concluímos que "peinando" una superficie de 10cm de mar durante 2 horas, encontramos 226 partículas de plástico: 135 filamentos, 49 piezas de film, 38 fragmentos y 5 partes de foam. Increible.
No sólo esto, sino que durante los días de calma, a cada rato avistamos objetos plásticos grandes, como globos, boyas y hasta una pelota semi-desinflada. Fue muy impresionante encontrar tanta basura plástica en un lugar tan remoto, a días de la tierra!
El día de llegada fue ideal, sol, calor y viento en popa. Subimos el spinnaker, que es una vela grande, bolsuda y colorida que aceleró a Fanky. Y al rato, tierra a la vista! Estudiamos la entrada al puerto y nos comunicamos con Bermuda Radio para avisar que llegaríamos en unas horas. Después de 4 días y 20 horas en el océano llegamos a Bermuda. Después de un comienzo difícil, Bermuda nos recibió con los brazos abiertos. El puerto de St. George esta dentro de una bahía espectacular con agua turquesa, rodeada de verde, un pueblito colonial y muchos barcos. Ahora, si bien dan ganas de pasear, hay mucho que hacer antes de la siguiente partida. Lo que queda del día descansamos y, al día siguiente, manos a la obra.
Gracias totales a la tripulación: NachoZap, Pipi e Iña por compartir la misión Unplastify a bordo de Fanky!
Logbook #2 First Oceanic Leg and First Samples
The last weeks before we set sail in New York were very busy (and somewhat stressful). We had unforeseen events, some orders were delayed and we had to adjust our plans a bit. A sailor from Britannia that we met told us: "one make plans so that God laughs". And navigating is a bit like that, one plans to adapt to the circumstances and change what is planned.
Initially, the plan was to sail to the South, to Virginia, and join a small fleet of boats that left for Bermuda on May 5. But we decided to go direct from New York. Studying the route, we found an expert in the Gulf Stream, Frank Bohlen. We met him at Yale University and we spent an afternoon learning the behavior of this strong current of warm water that goes North from the Caribbean. It has a width of approx. 100km, and its effects on the climate can be very powerful. Luckily, at the time of crossing, conditions helped and the crossing was calm. In addition, Frank accompanied us all the time by satellite messages. It was great to have an expert almost on board. Thanks, Frank!
Going back to the starting line, in the middle of the countdown, my enthusiasm grew for what we were about to do. Not only about the challenge of crossing the ocean by sail, but also with the goals we had with Unplastify. One day I began to reflect on the contradiction of being on a plastic boat. Fanky has a lot of wood, inside and on deck, but it is mainly made of fiberglass reinforced plastic. The reality is that although wooden boats look good, they require a lot of maintenance and painting. A wooden boat that is not well maintained can become very dangerous when the wood rots. In water sports there is a lot of plastic and it has to do with waterproofness and resistance, which in turn has to do with durability and safety. This helps me to understand that the problem is not the plastic material itself, but is in its use, abuse and "disposability". In this case, thanks to Fanky being made of plastic, we can do this ocean crossing safely.
The day of departure was 3 days later than planned. We left on the evening of May 8, New York. After a little while, it was dark, and from the beginning there was quite a cross wave. We thought it would calm down when we reached deep water, but it didn't. The first night was rough, with lots of waves, cold and rain. The entire crew was seasick the first 24 hours, unable to taste a bite. And it costed like another 24 hours to return to normal after the shake of the first night. On the third day we began to have better faces as the weather gradually improved. Waves lower and spaced, sun and wind aft. Time continued to improve day by day.
We used the calm of the last days to take samples. We saw the crystal clear water and we thought we would not find anything, but we got a surprise. We lowered the 5 Gyres trawl to the water for two hours. It was impressive to see the amount of small pieces of plastic mixed with algae, mussels, crabs and other living beings. At first glance you could see a lot of colorful particles interwoven with the living beings in the sample. After analyzing the sample we concluded that "combing" a surface of 10cm of sea during 2 hours at 5 knots, we found 226 plastic particles: 135 filaments, 49 pieces of film, 38 fragments and 5 parts of foam. Amazing.
Not only this, but during the calm days, we saw very large plastic objects, such as balloons, buoys and even a semi-deflated ball. It was very impressive to find so much plastic trash in such a remote place, days away from the Earth!
The day of arrival was ideal, sun, heat and aft wind. We put up the spinnaker, which is a large, baggy and colorful sail that accelerated Fanky. And after a while, we saw land! We studied the entrance to the port and we communicated with Bermuda Radio to warn that we would arrive in a few hours. After 4 days and 20 hours in the ocean we arrived in Bermuda. After a difficult start, Bermuda welcomed us with open arms. The port of St. George is within a spectacular bay with turquoise water, surrounded by green, a colonial town and many boats. Now, although it makes us want to walk around, there is a lot to do on Fanky before the next leg. What's left of the day we rest and, the next day, we get to work.
Many thanks to the crew: NachoZap, Pipi and Iña for sharing the Unplastify mission aboard Fanky!
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FASE DE PREPARACIÓN // Preparation Phase
Durante casi 1 año estuvimos preparando este viaje. Dos meses antes de zarpar nos mudamos a Fanky. Después de tanto trabajo de preparación, estábamos felices de estar viviendo el comienzo de nuestra aventura desplastificante. // We’ve been preparing this trip for almost a year. Two months before casting off, we moved to Fanky. After all the preparation work, we were happy to be living the beginning of our unplastify adventure.
Bitácora #1: FASE DE PREPARACIÓN
Durante casi 1 año estuvimos preparando este viaje. Desde que decidimos hacerlo, aprox Junio 2017, tomo todo nuestro tiempo libre, mientras seguíamos trabajando. Siempre más de lo estimado. Y en estos últimos 6 meses, mi dedicación fue tiempo completo, completo.
Primero, conseguir el barco no fue fácil. Salir temprano del trabajo tipo 6pm, correr a la estación de trenes, para viajar 1 hora a algún pueblo de Connecticut, donde en general estaban los barcos candidatos. Para cuando llegábamos solamente quedaba un rato de luz y aprovechábamos para ver uno o dos antes de volvernos a New York. Cuando encontramos a Fanky (que en ese momento se llamaba distinto), fue bastante claro que la búsqueda había terminado.
Hallberg Rassy es un astillero sueco, conocido por hacer barcos oceánicos, duros, que se la bancan, como para un viaje como el que estábamos planeando. 36 pies (o casi 11mts) parecían poco, pero por otro lado hace que todo sea más maniobrable, y accesible. 20 años de vida, pero en un estado tan impecable que parecía de menos. Y, además, era un diseño del conocido diseñador de barcos argentino, Germán Frers. Después de investigar, averiguar y comparar, tomamos la decisión. Y ahí empezó la aventura con Fanky.
Aprovechamos lo que quedaba del verano (y hasta casi fin de otoño) al máximo para navegarlo, conocerlo y trabajarlo. Rápidamente aprendí que si bien un barco parece impecable, tendrá siempre miles de cosas que hacer, sobre todo si uno esta preparando un pasaje oceánico. En ese momento yo seguía trabajando en el centro de reciclaje de Lunes a Sabado, así que en el tiempo libre (noches y domingos), fuimos avanzando poco a poco. La dificultad máxima era saber qué hacer y con qué prioridad.
Empecé a navegar 3 años antes, contagiada por la pasión que mi pareja tiene por la vela. Con lo cual, no soy ninguna experta en barcos, y él, si bien navegó toda la vida, nunca hizo un viaje así. Para prepararnos, leímos mucho y hablamos con mucha gente. Empezamos a llenar listas interminables de tareas para hacer, organizadas en +/- 15 categorías (velas, cabos, motor, plomería, electricidad, comunicación, emergencias, etc…) Los meses pasaban y la lista se alargaba a medida que aprendíamos más sobre cómo preparar un viaje semejante. Y a la vez, me encontraba aprendiendo un montón de cosas nuevas, desde cambiar la bomba manual del baño con todas sus válvulas, hasta chequear los filtros del motor, reemplazar los sellos y rulemanes del timón, o entender de corrientes oceánicas y meteorología.
En paralelo, Unplastify fue tomando forma y sumando amigas/os. Mis ganas de hacer algo relacionado a la polución plástica de océanos estuvo desde el principio. Cuando escuche a Marcus Ericson (fundador de 5 Gyres) en un evento en el Club de Exploradores de New York, me acerqué inmediatamente ni bien terminó su presentación a ofrecerme para contribuir a los esfuerzos de investigación de su instituto (además de pedirle que firme su libro que yo (muy nerd) ya tenía hace tiempo en mis manos). Mi entusiasmo máximo fue cuando al día siguiente Marcus contestó mi mail, conectándome con la Directora del programa de Científicos Ciudadanos, casi confirmando mi participación. El Instituto 5 Gyres es uno de los que más viene investigando el tema de plástico en océanos en los últimos 15 años, y tienen 34 barcos en el mundo tomando muestras para ellos. Me da mucho orgullo poder ser uno y sumar al saber de este gran problema.
Dos meses antes de zarpar nos mudamos a Fanky. Achicarse de un departamento a un barco no es fácil. Vendimos y regalamos todo lo que pudimos, ya que no teníamos dónde guardarlo. Más o menos lo logramos, llevando algunas valijas para Buenos Aires. El día de la mudanza nos tocó una tormenta de nieve tremenda. ¿A quién se le ocurre mudarse en Marzo a un barco en un varadero medio perdido en Brooklyn? A nosotros, y felices de estar viviendo el comienzo de nuestra aventura desplastificante.
Logbook #1: PREPARATION PHASE
We’ve been preparing this trip for almost a year. From the moment we decided to move ahead with the planning, around June 2017, it took all of our spare time, while we continued working at our respective jobs. It always took more time than expected. And, in these last 6 months, I was dedicated full-full-time.
First, getting the sailboat was not easy. We would leave work early at 6pm, run to the train station and take a one-hour train to some Connecticut town, where the candidate boats usually were. Once there, we’d still have some daylight to see one or two before returning to New York. When we found Fanky (with a different name back then), it was very clear that the search was over.
Hallberg Rassy is a Swedish shipyard internationally known for producing blue water sailing yachts, perfect for the trip we were planning. 36 feet seemed small, but on the other hand, makes it more manageable and accessible. 20-years-old, but in great condition with very little use. And, in addition, the famous argentine Yacht designer German Frers designed it. After doing research, digging in, and comparing, we made the decision. And then the adventure with Fanky started.
We used what was left from the Summer (and until the end of the Fall), to sail her, getting to know her and work on her. Quickly, I learner that even when a boat is in almost perfect condition, you still have a million things to do - specially when you are preparing an ocean passage. At that time, I was still working at the Recycling center from Monday to Saturday, so I used all my free time (nights and Sundays) to work as much as I could on her. The major challenge was to know what to do, how, and with what priority.
I started sailing 3 years before, influenced by my partner’s passion for sailing. I am no expert, and he has sailed all his life, but never a cruise like this one. To get ready, we read a lot and talked with as many experienced people as we could. We started an endless to-do list, organized in 15 categories (sails, rigging, engine, plumbing, electricity, comms, emergencies, etc) After months of working, and learning how to well-prepare this trip, the list continued to grow. At the same time, I was learning a set of new skills, from changing the manual head pump and its valvs, to check the engine filters, replace the bearings and seals of the rudder, or understand ocean currents and meteorology.
In parallel, Unplastify was growing and gaining friends. My wish to do something related to plastic pollution in the ocean was a key component from the beginning. When I heard Marcus Erikson (Founder of 5 Gyres Institute) in an event in the Explorers Club of New York, I reached out after his talk to share our adventure and offer our contribution to his institute’s research efforts. (I also asked him to sign his book, which I already had in my hands as a good fan). I was very enthusiastic when the day after, Marcus replied my email, connecting me with the director of Trawl Share program. The 5 Gyres Institute is one of the major researchers of ocean plastic pollution and they had 34 boats in the world taking samples for them. I am very proud to be one of them and contribute to the knowledge of this great problem.
Two months before casting off, we moved to Fanky. Moving from an apartment to a boat is no easy. We had to sell and give away as much as we could, and we were able to bring some bags to Buenos Aires. The day of the move there was a huge snow-storm. Who moves in March to a sailboat in a shipyard lost in Brooklyn? We did, and we were happy to be living the beginning of our unplastify adventure.