IMPACTO DE LOS PLÁSTICOS EN LA SALUD HUMANA
El plástico es un material ampliamente utilizado en diversas industrias debido a su impermeabilidad, resistencia y bajo costo, siendo ideal para productos que requieren durabilidad, como en la construcción. Sin embargo, el 44% de la producción plástica se destina a empaques descartables, utilizados brevemente y fácilmente descartados. Esta sobreproducción, impulsada por la demanda de industrias como la alimentaria, resulta en una contaminación plástica masiva. Como resultado, estamos expuestos constantemente a plásticos descartables, que generan toneladas de residuos en rellenos sanitarios y en el entorno natural.
Como consecuencia, esta exposición excesiva a plásticos genera que tanto sus fragmentos (microplásticos y nanoplásticos) como sus aditivos químicos ingresen en nuestro cuerpo a través de alimentos, agua y aire, principalmente. A pesar de que el organismo puede eliminar parte de estos plásticos (Zhang et al., 2021), varios estudios revelaron la presencia de este material en el torrente sanguíneo, hígado, placenta, leche materna, pulmón y testículos. Cada hallazgo tiene un significado diferente y, teniendo esto en cuenta, el haber encontrado plástico en el torrente sanguíneo de las personas (Leslie et al., 2022), incluyendo en el corazón (Yang et al., 2023), es considerablemente revelador. La detección de microplásticos en la sangre indica que estas partículas lograron atravesar la barrera celular y acceder al sistema circulatorio, lo que sugiere una distribución generalizada en el cuerpo y la posibilidad de su presencia en varios órganos.
Respecto a los efectos de los microplásticos y nanoplásticos en el organismo, aún queda mucho por estudiar. Sin embargo, los estudios publicados hasta ahora demuestran que el principal mecanismo de daño es la inflamación y las reacciones desencadenadas por el sistema inmunológico que pueden terminar generando un impacto negativo en el órgano donde se encuentra la partícula de plástico. Por otro lado, los plásticos son transportadores de químicos tóxicos. Estos químicos pueden ser agregados durante su producción o pueden adquirirlo del ambiente contaminado. El BPA y los ftalatos son los principales aditivos químicos que vienen siendo investigados desde hace más de 50 años (Halden, 2010, Calafat, 2005). El BPA y los ftalatos actúan como disruptores endocrinos, es decir, simulan hormonas del cuerpo y pueden provocar infertilidad y cáncer.
El problema de los plásticos puede ser abordado de dos maneras: prevenir su producción (río arriba) o gestionar su eliminación después del consumo (río abajo). En Unplastify abogamos por cerrar el grifo de producción de plásticos, ya que casi la mitad del plástico generado se utiliza una sola vez y luego se descarta. Es fundamental que todos los actores involucrados, incluyendo gobiernos, empresas e instituciones educativas, se comprometan con la reducción de plásticos descartables para lograr un cambio sistémico. Esto implica respaldar iniciativas que promuevan la minimización del uso de plásticos descartables y la implementación de regulaciones nacionales claras, así como repensar las operaciones tanto internas como externas de las empresas que hacen uso del plástico descartable. Además, es necesario desarrollar programas educativos y promover tratados globales como el que se viene debatiendo desde el 2022 (Publicaciones Unplastify) para abordar el problema de manera integral.
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