PLÁSTICOS Y SALUD: LA AMENAZA INVISIBLE EN NUESTRA VIDA DIARIA
Los plásticos son una parte omnipresente de nuestra vida cotidiana, pero su impacto en la salud humana es cada vez más preocupante. Desde los envases de alimentos hasta la ropa que usamos, los plásticos están presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida diaria. En 2021, se produjeron globalmente 391 millones de toneladas de plásticos, habiendo un incremento del 4% con respecto al año anterior. Lamentablemente, el 44% de la producción mundial de plásticos se destina al packaging (Plastics Europe, 2022). La creciente evidencia sugiere que los plásticos pueden tener efectos nocivos en nuestra salud, especialmente cuando se descomponen en fragmentos más pequeños, conocidos como microplásticos y nanoplásticos, o cuando liberan aditivos químicos.
¿CÓMO LLEGAN LOS PLÁSTICOS A NUESTRO ORGANISMO?
Los plásticos pueden ingresar a nuestro cuerpo de varias maneras
Una de las principales vías es a través de la ingestión de alimentos y agua contaminados. La mayoría de los plásticos se fragmenta lentamente con el tiempo, liberando partículas microscópicas que pueden contaminar el suelo, el agua y los alimentos. Estas partículas pueden ser consumidas por animales marinos y terrestres, y eventualmente pueden llegar a nuestra dieta (UNEP, 2018, Al Mamun et al, 2023). Además, los productos de plástico que utilizamos, como envases de alimentos y botellas de agua, pueden liberar sustancias químicas que luego ingerimos. Un estudio ha encontrado microplásticos derivados de PET, PE y PP en agua tratada para consumo (Pivokonsky et al., 2018). Incluso se han encontrado microplásticos en agua embotellada (Li et al., 2023; Kankanige y Babel, 2020; Mason et al., 2018).
Otra vía de exposición es la inhalación de partículas de plástico presentes en el aire. Podemos encontrar microplásticos en la atmósfera, es decir que podemos inhalar fibras de plástico (Gasperi et al., 2018, Cox et al., 2019). Se documentó la presencia de fibras plásticas tanto al aire libre como en ambientes cerrados (Dris et al., 2017). Debido a su pequeño tamaño, los microplásticos transportados por el aire pueden inhalarse directamente y presentar riesgos para la salud de los humanos, en particular para los trabajadores de la industria (Chen et al, 2020), lo que puede traer problemas respiratorios en algunos casos (Prata, 2018).
FRAGMENTOS Y ADITIVOS PLÁSTICOS EN EL CUERPO HUMANO.
Los nanoplásticos, fragmentos extremadamente pequeños de plástico, pueden representar un riesgo particular para la salud. Debido a su tamaño diminuto, pueden ingresar a las células y tejidos del cuerpo con mayor facilidad que los plásticos de mayor tamaño. Se halló que los microplásticos de menos de 20 µm pueden penetrar algunos órganos, y aquellos con un tamaño de alrededor de 10 µm podrían acceder a todos los órganos (Campanale et al., 2020). Se han encontrado microplásticos en la sangre (Leslie et al., 2022), pulmones (Jenner et al., 2022), hígado (Horvatitz et al., 2022), placenta (Ragusa et al., 2021) y leche materna (Ragusa et al., 2022).
Sabemos que hay microplásticos y nanoplásticos en distintas partes de nuestro cuerpo. Pero, cuál es el efecto sobre nuestra salud? Se observó que la presencia de microplásticos altera los glóbulos rojos (células de la sangre) y produce su muerte (Fleury et al., 2021). A nivel pulmonar altera genes, provoca efectos citotóxicos e inflamatorios que llevan a la muerte celular (Sheng et al., 2021; Dong et al., 2020), aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias como influenza (Wang et al., 2023) y también se asoció la presencia de microplásticos a nivel pulmonar con la enfermedad pulmonar intersticial sutil o incipiente (Atis et al., 2005). Los microplásticos pueden alterar varias vías de regulación celular en la placenta. Estos efectos podrían causar problemas para el desarrollo del bebé, como nacer con un peso más bajo de lo normal (Ilekis et al., 2016). Un estudio reciente demostró que la presencia de microplásticos en placas de ateroma (depósito de lípidos) extraídas de la arteria aorta, hace que las personas sean más susceptibles a sufrir infarto, accidente cerebrovascular (ACV) y muerte prematura (Marfella et al., 2024).
No solo la presencia de microplástico o nanoplástico en el cuerpo humano tiene impacto negativo sobre el mismo. Muchos productos plásticos contienen ADITIVOS QUÍMICOS, como ftalatos, bisfenol A (BPA) y retardantes de llama. Los aditivos químicos se utilizan para mejorar las características y propiedades de los plásticos. Estas sustancias pueden migrar desde el plástico a los alimentos y bebidas, y pueden tener efectos negativos en la salud humana. Se ha relacionado la presencia de aditivos químicos en el organismo con trastornos hormonales (Mankidy et al., 2013), problemas reproductivos (Peretz et al., 2014; Huo et al., 2015) y enfermedades crónicas como la diabetes (Legler et al., 2015) y el cáncer (Chen et al., 2016; Salamanca Fernandez et al., 2021).
Es evidente que los plásticos representan una amenaza para nuestra salud. En el marco del Tratado Global de Plásticos, los científicos deben ser escuchados y se debe alentar la investigación del impacto de los plásticos en el cuerpo humano. Por otro lado, es crucial abordar esta problemática desde la producción hasta el consumo. Desde Unplastify creemos que se debe evitar el exceso en la producción de plásticos de un solo uso. Es necesario implementar medidas para reducir nuestra exposición a estos materiales promoviendo alternativas más seguras y sostenibles. Solo así podremos proteger la salud de las generaciones presentes y futuras.