¿QUÉ SON LOS BIO-PLÁSTICOS, SON UNA ALTERNATIVA?
En respuesta a las crecientes preocupaciones sobre el impacto ambiental de los plásticos convencionales, los bioplásticos se han posicionado como una posible solución. Cada vez hay más interés en los bioplásticos como alternativa al plástico convencional en productos descartables.
Aquí encontramos el primer problema. No existe una definición estandarizada de la palabra bioplástico. Si buscas en el diccionario, es probable que no la encuentres. La Real Academia Española aún no ha definido esta palabra. En Argentina existe un proyecto llamado “Iniciativa Bioplásticos” (COBIOMAT, 2021) que brinda una definición compleja de la palabra bioplástico y no hace referencia al tipo de materia prima utilizada ni a cómo se descarta. Sin embargo, European Bioplastics, organización referente sobre bioplásticos en Europa, es más precisa en la definición que brinda sobre bioplástico y lo define como “plástico bio-basado, biodegradable o aquel que presenta ambas propiedades”. En este caso, se menciona un origen biológico y la forma de descarte.
BOLSA DE PLÁSTICO CONVENCIONAL VS BOLSA BIODEGRADABLE/COMPOSTABLE
Las bolsas de plástico convencional son el primer indicador del uso y abuso que hacemos de este material. Las bolsas de plástico convencional fueron diseñadas para ser usadas unos minutos y luego descartadas. El problema es que el plástico convencional NO SE BIODEGRADA. Además es un material tan ligero que se pierde rápidamente en el ambiente. ¿Cuántas veces viste bolsas volando por la ciudad o flotando en el río, lago o mar? Yo muchas veces! Muchos países del mundo prohiben la entrega de bolsas plásticas en los supermercados o tiendas. La prohibición genera presión en la ciencia y en la industria para proveer al mercado de nuevas alternativas con menor impacto sobre el ambiente. Y acá entran en juego las bolsas de bioplástico.
Hay distintos tipos de bolsas de bioplástico y se promocionan como “bolsas biodegradables”, “bolsas compostables”, “no soy plástico”, “no es plástico”. El problema con estas afirmaciones es que idealizan su uso y no informan el material con el que está confeccionadas ni la forma correcta de descarte. Algunas de estas bolsas se ofrecen en color verde, promoviendo la idea de que son amigables con el ambiente. Sin embargo, estas bolsas verdes que son ofrecidas por muchos mercados suelen ser de un tipo de bioplástico denominado oxo-biodegradable. Los plásticos oxo-biodegradables consisten en plástico convencional (ej: polietileno) con agregado de un aditivo que acelera la fragmentación del material. ¿Qué quiere decir? El material se rompe en fragmentos pero no se descompone en sustancias asimilables por el ambiente. En definitiva, termina causando el mismo daño que el plástico convencional.
En 2019, Imogen Napper, una investigadora británica y embajadora de National Geographic, analizó bolsas encontradas en mercados del Reino Unido (Napper et al., 2019). Estas bolsas estaban hechas de diferentes bioplásticos, como biodegradables, oxo-biodegradables y compostables. Además, se incluyó una bolsa de polietileno de alta densidad, que es la bolsa convencional de plástico, para comparar. El estudio se llevó a cabo durante 3 años. Estos materiales fueron expuestos en tres entornos naturales: al aire libre, enterrados en suelo y sumergidos en agua de mar, así como en condiciones controladas de laboratorio. Se demostró que las bolsas biodegradables, oxo-biodegradables y de plástico convencional pueden durar más de 3 años en el suelo y en el mar. La única bolsa que desapareció por completo en el mar fue la compostable, y lo hizo en 3 meses. Sin embargo, la bolsa compostable permaneció casi intacta en el suelo después de 27 meses de enterrada.
Esto resalta la necesidad de informar claramente en los productos bioplásticos la forma correcta de descarte. Las entidades públicas responsables de autorizar la comercialización de este tipo de productos, deben considerar la infraestructura local disponible para su correcta gestión final. También es esencial reducir los costos y unificar los estándares de certificación para que los productos bioplásticos puedan llevar sellos que certifiquen su origen orgánico y/o compostabilidad. En conjunto, estas medidas ayudan a que los bioplásticos sean una alternativa real y eficiente a los plásticos convencionales.